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¿Qué fue del famoso club Cheetah de Nueva York?

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La exposición “Ritmo y poder: salsa en Nueva York”, que se realiza en la Gran Manzana y que explora la historia de este ritmo musical que nació en los barrios latinos de la Gran Manzana, inspiró al periodista de la BBC Mundo, Gerardo Lissardy, a buscar el legendario local testigo del concierto que marcó un hito en la historia de la salsa: El Club Cheetah.

“En el lugar de Nueva York donde la salsa se volvió música caliente para el mundo ahora hay un edificio moderno con un portero latino de uniforme gris, y cuando le preguntan si conoce la historia de aquel concierto se encoge de hombros y responde: “No”, cuenta Lissardy.

Efectivamente, según se aprecia en Google Street View, en el lugar próximo a Times Square, ahora hay un gran condominio de más de veinte pisos con lujosos apartamentos de grandes ventanales. Esa mole, en el panorama, es tan solo una estrella más que decora la vista de la imponente ciudad de los rascacielos.

El Cheetah, creado por Olivier Coquelin y Border Stevenson e inaugurado en octubre de 1968, contaba con dos espacios de baile: una pequeña pista en la planta superior y una gran pista central con capacidad para unas mil doscientas personas. Además de una tarima para una orquesta de 20 músicos, aproximadamente.

Sin embargo, el Cheetah pasaría a la historia por el concierto que Fania All Stars realizó allí la noche del jueves 26 de agosto de 1971. Para muchos, ese encuentro fue el punto de ebullición del fenómeno creado por Johnny Pacheco y Jerry Massuci y que reunió a grandes estrellas que se convertirían en íconos del ritmo hasta el día de hoy.

“Era un jueves a la noche, nadie pensó que conseguiríamos llevar algo de gente a ese club Cheetah. Había filas alrededor de la cuadra. Metimos un par de miles ahí, esa es una de las razones por las que elegimos el Cheetah: porque tenía una platea alta y podíamos llevar mucha gente”, recuerda Larry Harlow, expianista de Fania, en conversación con BBC Mundo.

La idea del concierto en Cheetah habría sido comentada por el productor Ralph Mercado a Jerry Massuci, dueño de Fania Records. El audio de aquel show fue publicado en dos discos y el material audiovisual se incluyó en el documental “Our Latin Thing” (Nuestra Cosa Latina), dirigido por el cineasta estadounidense León Gast.

“El Cheetah fue un lugar fabuloso (…) Una vez que la banda comenzó a tocar, la gente bailaba sin importarle nada. Tocaron tan bien como jamás tocaron en su historia. Simplemente funcionó perfecto”, cuenta Gast, ganador del Oscar al mejor documental largo por su trabajo “When we where kings”, basado en la histórica pelea entre Muhammad Ali y George Foreman, en 1974, en Zaire.

Sin embargo, Gast explica que, además del espacio amplio, otra de las razones por las que eligieron el Cheetah fue su gran acústica, que permitía oír cualquier instrumento individualmente pese a la cantidad de gente reunida. El documental habría contado con un presupuesto de unos US$100.000.

“Abrimos las puertas de Sudamérica, Europa, Asia, de diferentes países que nunca habían escuchado nuestra música antes”, dice Larry Harlow. “Yo solía vender 25.000 discos y de pronto estoy vendiendo 150.000. No solo yo, sino todos. Éramos como los Rolling Stones latinos“.

La exposición “Ritmo y poder: salsa en Nueva York”, que se exhibirá hasta el 26 de noviembre.

Por SalserisimoPeru

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